In memoriam Sobre las 7.30 de esta mañana de domingo ha fallecido Rafael Alvira. Me cuentan que ayer cuando la médico que le atendía le comunicó que tenían que sedarlo para evitar la angustia consiguiente a una posible una crisis respiratoria, Don Rafael les dio las gracias y sonrió. Durante la tarde de ayer ya había corrido la noticia de su mal estado, y eran muchos los que presentían apenados el final de una persona excepcional en muchos sentidos. Don Rafael, como le he llamado siempre hasta hace muy poco, y como aún prefiero llamarle, era muchas cosas, pero creo que era sobre todo un filósofo y un hombre de honor; e inextricablemente unido a su amor a la filosofía y a su honradez, era un cristiano sincero, confiado y comprometido. Le conocí hace 40 años, en 1983 cuando llegué a Pamplona para estudiar la licenciatura en filosofía en la que él era profesor catedrático y, si no recuerdo mal, director de la Sección de filosofía en la facultad de Filosofía y Letras. Durante aquel primer